«La evolución de Pravia en el siglo XX, fundamentalmente en la segunda mitad, quedó caracterizada por someterse a un planteamiento teórico de futuro crecimiento que satisfizo las necesidades que los procesos económicos y sociales posteriormente requirieron. (…) a partir de los años veinte se fue configurando lo esencial de la trama viaria que desde los años cincuenta soportó el nuevo impulso urbano. Éste, protagonizado por un conjunto de promociones inmobiliarias de carácter público o subvencionado, aumentó el peso demográfico de la villa de forma significativa.
Dentro de los diferentes proyectos de apertura de vías, el más significativo es el de la avenida Carmen Miranda (1930-1932), que marca el eje principal en torno al que se organiza todo el crecimiento posterior. (…) Con la creación de la avenida,el futuro callejero de la villa se hacía bastante evidente; pasaba por la conexión al cementerio aprovechando el antiguo camino (1943-1948) así como por la conexión al futuro hospital (a partir de 1939), dando lugar respectivamente a las calles Martínez de Tena y Santiago López. (…) Consecuencia de esa idea estructuralista del mundo urbano cabe citar también el ensanche a partir de 1931 de la calle San Antonio. Se trata de una operación de reforma interior que intentó adecuar la calle a las necesidades del momento una vez se hubo convertido en la principal vía de penetración a la villa, de paso obligado para todo vehículo y persona procedente de Avilés, Grado, Cornellana, San Esteban, etc. en este sentido, este proyecto fue paralelo al de creación de la avenida Carmen Miranda, convertida en continuación natural de la calle San Antonio como principal vía de circulación y de claro papel organizador en el conjunto urbano. De esta manera, con la conexión entre la nueva calle San Antonio ensanchada y la nueva avenida se generó la espina dorsal de Pravia. A consecuencia de tal carácter, asumió el nueve eje una clara función comercial.» (David García Álvarez en Análisis geográfico del crecimiento espacial de la villa de Pravia.)
Por el expediente de ensanche de la calle San Antonio (Archivo Histórico Municipal de Pravia, 394/3) sabemos que se autoriza, en la sesión plenaria de 31 de diciembre de 1928, a José Martínez Bances, «El Cuco», a construir un edificio en su finca de ««Huerta del Palomar» dando frente a la calle de San Antonio de esta villa.» La especialista en arquitectura indiana Covadonga Álvarez Quintana escribe, en Indianos y arquitectura en Asturias 1870-1930 (tomo I, p. 233), que el edificio en el que se instaló «La Casa Grande» es «uno de los escasos ejemplos de esta arquitectura nacional-regionalista proyectada para inmuebles de pisos y no para viviendas unifamiliares. La casa de «El Cuco», a pesar de su evidente conexión con el estilo montañés, sirve de introducción a ese otro capítulo observado igualmente dentro de la producción indiana y que nos informa de la existencia de una arquitectura vinculada a un concepto genérico de nacionalismo, bien por integrar vocablos de inspiración barroca, bien por asumir códigos protorrenacentistas, renacentistas popularizados a través del montañés, bien por reproducir soluciones ambiguas pero de indiscutible nexo con nuestros estilos históricos.» El edificio albergó «La Casa Grande», que en 1931 se anunciaba así:
Otra de las casas que se construyeron en esos años fue la del Banco Herrero, en la actualidad Banco de Sabadell, que tenía oficina en Pravia desde 1928. Su construcción es necesaria porque el Banco Herrero ocupaba la casa de Teresa Álvarez Prada, que iba a derribarse para la necesaria ampliación de la calle San Antonio. El 14 de enero de 1930, se presenta en el ayuntamiento, firmada por el arquitecto Jesús Álvarez Meana, que, en 1929, había colaborado con Manuel del Busto en la ampliación de la sede de la entidad en Oviedo, la memoria para la construcción, «en la plaza de Guadalorce [sic] con vuelta a la calle de San Antonio un edificio destinado a instalar en la planta baja y en el sótano oficinas y dependencias de dicha Sociedad Bancaria y en las plantas primera y segunda viviendas. La edificación constará de sótano y tres plantas más, llevando sobre el ángulo de la plaza de Guadalorce [sic] con la calle de San Antonio un torreón. (…) En todo se seguirán las buenas prácticas de la construcción procurando obtener un edificio digno del progreso y engrandecimiento cada vez mayor de la hermosa villa de Pravia.»
En julio de 1941, el indiano Ramón López Fernández pidió los permisos pertinentes para la construcción, en la calle de San Antonio, de un edificio cuyo proyecto y planos corrieron a cargo del arquitecto municipal, el incansable Leopoldo Corugedo. Este singular edificio, propio del historicismo nacional de posguerra, según la ya mencionada Covadonga Álvarez Quintana, es una edificación «de adaptación y libre interpretación» del estilo montañés, en este caso «casas de pisos insertas en la trama urbana». (Indianos y arquitectura en Asturias 1870-1930, tomo I, p. 228).