El territorio actual del concejo de Pravia no se completó hasta 1927, cuando, por Real Decreto de 5 de agosto, las parroquias de Cordovero y Folgueras, pertenecientes hasta entonces al concejo de Salas, pasaron a integrarse en él. Esta reorganización municipal fue muy mal acogida en Salas, como recoge la prensa del momento. Por ejemplo, en La Voz de Asturias, de 21 de agosto de 1927, se recoge un escrito de algunos vecinos del concejo de Salas que «haciéndose intérpretes del sentimiento unánime de los vecinos del concejo» piden a su consistorio «que conste de forma oficial y se haga público el disgusto y la protesta del vecindario de Salas contra una disposición gubernativa que arbitrariamente perjudica un concejo para favorecer a otro.» Aunque, la realidad es que la situación geográfica de estas parroquias hacía que la caída de sus habitantes fuera hacia el valle de Arango, por lo que parece lógica su integración en Pravia. También piden «que asimismo conste y se haga público el disgusto y la protesta contra la conducta del Ayuntamiento de Pravia y de sus valedores, que, al franco cariño y simpatía que Salas le demostró siempre, ha correspondido con maniobras e intrigas encaminadas a fomentar la discordia entre nuestros pueblos y engrandecerse a costa nuestra. Debería hacerse saber al Ayuntamiento de Pravia que en lo sucesivo no será posible entre ambos concejos la cordialidad de relaciones ni deberá contar con el de Salas para nada.»
Pero, ¿cómo eran estos territorios que se incorporaban a Pravia? Según el Nomenclátor de 1930, ambas parroquias albergaban a 1.031 habitantes de hecho. En la parroquia de San Miguel de Cordovero, 421, y en Santa María de Folgueras, 610.
El padrón de población de 1931 (Archivo Histórico Municipal de Pravia, 295/1) nos habla de dos parroquias eminentemente agrarias, con ciento cincuenta y dos labradores en Cordovero, a los que habría que añadir, además de las ciento diecinueve mujeres inscritas como «labores», un pequeño grupo de propietarios rurales, un comerciante y un carpintero. La parroquia tenía dos molinos, uno en Cordovero y otro en Las Piñeras, y una tienda de comestibles en Villamondrid.
Folgueras, por su parte, tenía ciento cuarenta labradores, pero presenta mayor variedad de oficios, al menos sobre el papel: había cuatro madreñeros, tres carpinteros, un molinero, dos comerciantes, dos chóferes y un mampostero. Además, contaba con tres molinos (dos en Vegafriosa y uno en Folgueras) y tres tiendas de comestibles (en Loro, Folgueras y Vegafriosa). Hay que tener en cuenta que, las estadísticas oficiales suelen ocultar bajo la denominación de labrador a muchos artesanos, pues muchos de ellos eran verdaderos maestros en la elaboración de utillaje agrario. (Archivo Histórico Municipal de Pravia, 704/9).
En materia educativa, había dos maestros en cada parroquia para una población escolar de ciento cuatro niños en Folgueras y sesenta y cinco en Cordovero. En Villamondrid funcionaba, desde 1898, una escuela de patronato fundada por el presbítero José Martínez Folgueras.