Ecos de Pravia

Un sitio para divulgar curiosidades y noticias del pasado del concejo de Pravia.


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El Xiringüelu

Xiringüelu en Cañedo, año 1943, imagen tomada de Memoria Digital de Asturias.

En 1940, en el bar La Cueva, existía, como era habitual en la época, una tertulia integrada por Santiago López, Ulpiano Lueje, Telesforo Palacios, Managuas, José Barrera, Tuquín, Argüelles, Luis el de la Imprenta y José María «El Minuto», entre otros. Según cuenta José Antonio Martínez en Fotos históricas de Pravia: especial Xiringüelu, núm. 15, 2007, de donde sacamos la información para este artículo, fue a Santiago López a quien se le ocurrió la idea de organizar una verbena en la calle, para animar el ocio de la villa en los primeros años de la posguerra. La idea fue acogida con entusiasmo por los tertulianos y el público en general. La verbena se financió con donativos de organizadores y vecinos y la fiesta duró dos días, según se desprende de la crónica del diario Región de agosto de 1940:

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Molino de La Veiga de Cañedo

En Cañedo, perdura el último vestigio de la otrora industria más numerosa del concejo, el molino de La Veiga. En otros tiempos, allí donde había un curso de agua vigoroso se instalaba un molino. Rastrear su origen es una tarea muy complicada pues se remontan a la época de la introducción de la agricultura cerealística, actividad que fue la base de la economía de nuestro concejo hasta la segunda mitad del siglo XX. Baste decir que el Diccionario de Madoz, publicado entre 1845 y 1850, señala que la industria más generaliza en el part. es la agrícola y molinos harineros.

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La máquina de Duhart

La famosa «máquina», como se decía entonces, que hoy podemos ver en el parque «Heno de Pravia», era un artilugio inventado por el francés Martin Duhart en 1865. Desde esa fecha, proliferaron en los ríos asturianos y el Nalón y el Narcea no fueron excepción. Su eficacia en la extracción de salmones hizo que fueran perseguidas por las autoridades, pues esquilmaban los ríos. Pese a las continuas intervenciones de la Guardia Civil, los ribereños no dejaban de instalarlas como prueban las abundantes noticias en la prensa.

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