Conservamos en el Archivo Histórico Municipal un interesante expediente que nos habla de la labor formativa que llevó a cabo, en 1932, la Junta local de ganaderos de Pravia, presidida entonces por el concejal Antonio Casares. En esa época, las labores agrícolas y ganaderas eran inseparables, pues se trataba de caserías, con un sistema de explotación mixto. Por ejemplo, el cultivo del maíz era muy importante no sólo como alimento sino también, y con mayor peso, para la producción de piensos. La preocupación por la formación de los labradores queda patente en la justificación del proyecto:
«Es su fin, mejorar las condiciones de vida del agricultor y para ello es condición previa, mejorarse, es decir, instruirle y difundir la instrucción; pero no una instrucción de receta y tente tieso, que es lo menos útil que hay en este mundo, sino una instrucción que prepare para discurrir prácticamente y hacer como tales las cosas prácticas, y que a la vez temple el carácter y abra el espíritu a las ideas.
La instrucción agrícola facilita el éxito de la cooperación, y el perfeccionamiento de las explotaciones, con el consiguiente avance de la producción de las caserías. Y para esto se necesita desechar viejas rutinas, y que los labradores den abundantes materiales y base práctica a los técnicos y reciban de ellos base científica y normas racionales para la diaria labor.»