
“Pravia: fotos históricas”, José Antonio Martínez González y Luis Francisco Solar García, n. 11, 2002
¡Qué cosas más raras!
Habían empezado a construir en Garonda un edificio para Hospital. Llegó a verse casi mediada la edificación y ahora… —¿cuántos años transcurridos?—, ahora resulta que aquel solar no tiene servicio de entrada, según dicen los que se precian de «enterados».
Para continuar la obra del Hospital —añaden— habría que comprar tal servicio y costaría un dineral.
Sin embargo, últimamente se piensa, al parecer, en llevar al solar de Garonda la casa-cuartel de la Guardia Civil.
¿Con servicio o sin servicio?
¿O es que se pretende, acaso, con redomada intención soslayar eso del paso y adquirir un avión?
El Sol de Pravia, 30 de julio de 1934
A comienzos del siglo XX, el abandono del edificio de Garonda es tal que aparece descrito, en el inventario de bienes del Ayuntamiento de 1917, como un pabellón, actualmente en estado ruinoso, y que se destinaba para hospital, que no llegó a terminarse, vale mil ciento veinticinco pesetas. (Archivo Histórico Municipal, 420-5)
El comentario que recoge El Sol de Pravia tenía bastante fundamento porque, tras la revolución de octubre del 34, se aprobó, dentro del plan de reorganización militar, la instalación de la casa-cuartel de la Guardia Civil en Pravia y el lugar elegido para llevar a cabo las obras fue la finca de Garonda donde se habían comenzado las obras del futuro hospital. Para ello, el 2 de marzo de 1935 se aprobó la cesión de la finca al Ministerio de la Gobernación y el arquitecto municipal, Leopoldo Corugedo, presentó el anteproyecto que adaptaba lo ya construido a las nuevas necesidades.
El estallido de la guerra civil paralizó, una vez más el proyecto, y es Santiago López, quien, en 1938, se dirige al Presidente de la Comisión Gestora de la Diputación Provincial solicitando, para dar impulso a la vida local y contrarrestar el paro obrero, medios económicos para la construcción de un Hospital Municipal ya que la instalación provisional en una casa particular no puede continuar, por cuanto el dueño reclama la devolución de la finca. No sabemos con exactitud la finca a la que se refiere el Alcalde, pero tenemos testimonios orales de que funcionaron hospitales en casas particulares de la calle Salsipuedes y en el edificio de la tabacalera de Carmina Meana, enfrente del Bazar Díaz. El presupuesto total era de 90.881,64 pesetas y Santiago López pedía 20.000 a la Diputación. El nuevo hospital, con una pequeña capilla, se inauguró, finalmente, en 1941.
En 1969, según expediente del Archivo Histórico Municipal (405-6), se realizaron obras de reparación en la cubierta, aleros y portería, además de la pintura exterior pues el estado actual de la edificación es verdaderamente lamentable, la cubrición se encuentra hundida en algunas zonas, los techos con gran cantidad de humedades, problema que se agrava por la crudeza del actual invierno, todo ello hace que la vida normal dentro sea todo lo contrario a las más mínimas normas de salubridad que todo centro de este tipo debe poseer… El presupuesto de estas reparaciones ascendió a 150.000 pesetas.
El «hospitalillo», como era popularmente conocido, se transformó, con la reforma sanitaria auspiciada por el gobierno socialista de 1982, en Centro de Salud. Según publicaba el diario Región, el 13 de abril de 1983, en la reforma del edificio y equipamiento se gastaron cuarenta y cinco millones de pesetas. El nuevo centro fue inaugurado el domingo, 10 de abril de ese mismo año, en una tarde de aguas e inclemencias, con la asistencia de Juan Luis Rodríguez Vigil, entonces consejero de Sanidad; Francisco Ortega, director del INSALUD; Juan Manuel Junceda Avella, presidente del Colegio de Médicos de Asturias, y el Alcalde, Francisco Javier Fernández Casielles.

«La Voz de Asturias», 12 de abril de 1983