La sección delegada mixta del Instituto de Avilés de Pravia no colmaba las aspiraciones de la sociedad praviana, que siguió reclamando un Instituto para el concejo. Las circunstancias que rodearon la batalla, que coincidió con el cese como Alcalde de Luis Fernández Monteserín y la toma de posesión de Manuel López de la Torre, en diciembre de 1968, por conseguirlo están contadas por uno de sus protagonistas, Luis Álvarez Fernández, en Historias por debajo de la historia, editado por la Fundación José Barreiro en 2001.
«… La lucha por la creación del Instituto venía de antiguo. en los tiempos en que Mateu de Ros era Gobernador y Jefe Provincial del Movimiento [1964-1972], el llamado sindicato vertical, donde trabajaban con la mejor voluntad Quesada y «Clariván» [seudónimo de Antonio Argüelles Sánchez], por voz de éste último, propuso en una reunión que tuvo lugar en Grado, la necesidad de un instituto para Pravia. La llamada «segunda enseñanza», es decir, el bachillerato, estaba monopolizada por el Colegio San Luis (masculino) y el Colegio Santo Ángel (femenino). Ambos colegios dependían de un patronato de carácter religioso. Los exámenes de reválida se realizaban en Oviedo o en Avilés. Naturalmente eran colegios «de pago».
Además de las implicaciones de índole ideológica que a muchos podían escapárseles (la escuela es uno de los factores decisivos que puede impulsar o entorpecer la liberación integral y colectiva del hombre), existía lo que para todos era evidente: el coste de la segunda enseñanza la hacía privativa de determinadas clases sociales, siendo muy difícil que el hijo de un obrero pudiese estudiar bachiller. Y a la vez que los colegios eran un centro de adoctrinamiento político-religioso, eran también fuente de pingües beneficios. Por eso la idea fue combatida desde la parroquia, los propios colegios, y especialmente desde la dirección del Colegio San Luis, que ostentaba D. Manuel López de la Torre, alcalde también desde diciembre de 1968 hasta 1979.
En principio se consiguió una sección delegada del instituto de Avilés. En ella solamente podían estudiarse los cuatro primeros años de bachiller. Pero era algo así como una «cabeza de playa» en territorio enemigo. El director de la sección delegada, Antonio Pérez, y su mujer Carmina, constituyeron, de acuerdo con la Ley, la primera asociación de padres de alumnos, presidida pro un profesor (!), concretamente el farmacéutico de San Esteban, alcalde entonces de Muros de Nalón, que tenía a su cargo la asignatura de política. La APA, impulsada por el director y también por su presidente, comenzó a moverse para obtener la homologación del Instituto.
Primero tratamos de desenmascarar al alcalde. Juan Lillo, redactor de La Nueva España, hizo una entrevista a D. Manuel en la que éste se explayó prosopopéyicamente (su estilo personal) sobre lo bien atendidas que estaban en el concejo las necesidades educativas con los colegios San Luis y Santo Ángel. En resumen, en Pravia no necesitábamos ningún instituto, y si había algún superdotado que no tuviese medios para estudiar, para eso estaban las becas (que él repartía y dividía según su criterio), mientras que las chicas no había ninguna que desease cursar el bachillerato superior. Junto con esta entrevista, aparecían las realizadas a Quesada (como sindicalista), a alumnos que no habían podido seguir estudiando por falta de medios, a padres miembros de la APA. Tan evidente aparecía en el reportaje que lo que defendía D. Manuel eran sus intereses económicos por encima de los intereses de la colectividad, que el hombre, aparte de la tremenda rabieta que pasó (nunca perdonó al redactor), quedó desacreditado a escala provincial.
Por otra parte, un miembro muy activo de la APA (Herraiz), era amigo de una profesora (Angelina, pasó por el colegio San Luis y por ello conocía las arbitrariedades que en él se cometían), y ésta, a su vez, era amiga íntima de la Directora General de Enseñanza, la señorita María Ángeles Galino. Esta cadena de amistades, como tantas veces ocurría en la España de entonces, facilitó que, a pesar del informe negativo del alcalde, una noche del mes de junio del año de gracia de 1970, Radio Nacional de España diese la noticia de que el Consejo de Ministros había aprobado el Instituto de Pravia.» Añade Luis Álvarez en nota que «fue aprobado el 5 de junio de 1970» y publicado en el Boletín Oficial del Estado del 2 de julio. También reconoce, en la misma nota, la labor de Luis Fernández Monteserín que «cuando se consiguió la sección delegada, hizo, como alcalde, todo lo posible por obtenerla, costándole un duro enfrentamiento con D. Manuel López de la Torre.»
Hasta aquí el relato de Luis Álvarez. Lo cierto es que sí debió de molestar bastante a López de la Torre la famosa entrevista y la polémica generada, porque en el expediente de creación del instituto (AHMP 429/14) aparece una «nota oficial» del Ayuntamiento de Pravia, publicada en, al menos, dos diarios regionales, en abril de 1970, en la que la Comisión Municipal Permanente, «creyendo oportuno esclarecer los hechos en relación con la conversión de la Sección Delegada actual en Instituto Oficial de Enseñanza Media», declara que «no sólo les entusiasma la idea de lograr para Pravia esta notable mejora, sino que sus pretensiones son aún más ambiciosas» pues «sería de desear que no fuese sólo un instituto, sino dos (masculino y femenino) los que se pudieran conseguir para esta villa»; que en el Ayuntamiento no se había recibido petición formal y que si no ha hecho gestiones «ha sido por entender que la Ley de Educación, en trance de ser aprobada por las Cortes, traerá la solución del problema», en referencia a la ley de educación que preparaba el ministro Villar Palasí, que entraría en vigor en agosto de ese mismo año.

Ángeles Galino Carrillo, en la imagen publicada en «Hoja del Lunes», 18 de mayo de 1970.
También guarda dicho expediente copia de una entrevista concedida por Ángeles Galino Carrillo a Hoja del Lunes, publicada el 18 de mayo de 1970, en la que, preguntada por el caso de Pravia, responde intentando apagar la polémica: «El caso de Pravia lo conozco totalmente. Sé que salta a la calle y que sobre el tema se han dicho cosas que quizás no guarden una línea realista. Es posible —seguro que sí— que Pravia precise de un Instituto, o de dos. Pero el hecho de que el alcalde de ese pueblo sea director propietario de una academia no es el motivo que pueda detener, ni mucho menos, su instalación. La creación de un centro de enseñanza no está jamás supeditado a intereses particulares. Para su instalación hay un plan estadístico que determina, o no , su necesidad.»
A lo largo de la década siguiente, continuaron los esfuerzos para impartir en Pravia enseñanza de formación profesional, lo que se consiguió en octubre del curso 1975-76. Al igual que en el caso de las enseñanzas medias, la FP funcionó como sección delegada del Instituto Politécnico de Avilés hasta finales de la década de los setenta, instalada en el edificio de las Antiguas Escuelas, que hoy ocupa la Biblioteca Municipal. Coincidiendo con la elevación de sección delegada a instituto, se traslada a la antigua Zona de reclutas de Prahúa, mientras se reformaban para su nuevo uso las Antiguas Escuelas. Finalmente, en el curso 85-86, siendo directora María del Valle Iturrate Rodríguez, se ubica definitivamente en el antiguo Hogar Santiago López, que había sido recientemente renovado y en estaba en desuso.