
Jacinto Insunza en «Hoja parroquial», 2 de diciembre de 1956.
A principios de siglo quedaba en pie un trozo de muralla almenada, metros arriba o metros abajo, en el lugar que hoy ocupa la Hermandad de Labradores. Tal vez en poder de alguna familia praviana haya fotografías que confirmen lo que digo. quien tenga la suerte de poseer alguna, tiene un tesoro envidiado por mi.
Sabemos también que aparecieron cimientos de la muralla por el año 1900, cuando se excavaba para cimentar la casa del Café el Rubio.
Don Jacinto Insunza, autor de este dibujo, me dice que él vio tales cimientos, muy anchos, y con su correspondiente y profundo foso. Y cuenta que el contratista, amigo suyo, se asustó bastante al topar con una cantidad tan grande de tierra movediza que llenaba el foso, pues no sabía a qué atribuir este hallazgo, y le creaba un problema de construcción que no esperaba encontrar.
Con unos arquillos se salvó lo del foso delantero, pero las enormes piedras que habían servido en otro tiempo de base para la muralla de Pravia no se extrajeron. Allí quedaron casi a flor de tierra en la cabecera de la calle de San Antonio. En este dibujo señala don Jacinto la posición aproximada de la muralla encontrada. Y nada tendría de extraño que algún día se procediese a desenterrarlas.
Manuel López de la Torre, «Algo más para la historia de Pravia», en Hoja parroquial de 2 de diciembre de 1956.
Uno de los principales elementos definitorios de la puebla frente a sus territorios era la muralla o cerca, cuya función era englobar una cierta extensión de terreno. No tenemos ninguna duda de que Pravia la tuvo, porque, aunque no quedan restos visibles, tenemos numerosos testimonios escritos. En las respuestas al interrogatorio de Tomas López (Asturias según los asturianos del último setecientos, Maria Jesús Merinero y Gonzalo Barrientos, Consejería de Educación, Cultura, Deportes y Juventud, 1992), dadas en 1798, leemos que fue en algún tiempo amurallada, y se conservaron hasta poco tiempo ha, tres puertas de arco de punto subido, llamadas, la una de la Puerta de la Villa, (…) otra llamada la Puerta de Salas porque el camino o salida dirigía a aquella villa, y la tercera y última, que aún existe, llamada de la Pescadería.

En rojo, extensión aproximada de la muralla medieval sobre el plano de Coello de 1870.
Una descripción mucho más detallada nos la deja Antonio Juan de Bances y Valdés en las Noticias históricas del concejo de Pravia (1806): Lo que corresponde a lugar cercado no es de grande extensión; pero sus murallas son de fábrica fuerte, y en lo poco que resta de ellas, se reconocen cuatro varas de grueso con vara más de seis de alto hasta la corta y paseo espacioso que defendía exteriormente. El parapeto, con troneras y almenado, sólo para mosquetes y no para artillería gruesa. Su materia consiste en «regodón» de río pelado y de tamaño con mezcla de cal de la mejor calidad. Todos vimos sus tres puertas en pie, llamadas de Salas, de La Villa y de El Cai; hoy sólo existe ésta, las otras, con la mayor parte de los muros, se desmoronaron para extender la población y casar de buena planta y moderna arquitectura. Dicha puerta de El Cai, llamada así porque, según dicen, llegaban a ella las embarcaciones, aún conserva gruesos pernos de hierro sobre que jugaban sus puertas; tiene un grande escudo de armas reales (antiguo, deslustrado) pintado en la entrada exterior, que parecen del tiempo de Carlos V o de Felipe II.
La toponimia también nos ofrece testimonios de la existencia de la muralla. Así, en varios documentos de venta y testamentos aparecen términos como «Soballado», las viñas de «Debajo de la Cerca», «Solacerca», «Llosa del Soballado» o «Buelgas de Soballado».
Como ejemplo de testimonios más directos aún, podemos citar una tasación de bienes, fechada en 1703, se habla de las casas en que al presente viven Juan Avello y Pedro Paredes, junto a la puerta de la Villa que está frente a la Iglesia (José Antonio Martínez González, Apuntes para la historia de Pravia, p. 73) o el pleito que, en 1765, siguió el Ayuntamiento contra María de Prada, vezina de esta Villa, sobre la fábrica de una Casa en el término que se dice la Puerta de Salas, por usar las dovelas y arco de la puerta para su construcción. Inspeccionada la obra, María de Prada alegó que no se habían aprobechado para ella de material alguno de estimazion, sino de algún guijarro a estanzias de los vezinos de la Villa por que se les limpiase la calle y cosa de seis esquinales (José Antonio Martínez González, op. cit., pp. 109-111). Cuatro años más tarde, en 1769, Gertrudis Cuervo presenta un memorial en el Ayuntamiento solicitando limosna para poner luz a una imagen con advocación de Nuestra Señora de los Remedios, que se halla en el Arco de la Puerta de la Muralla, llamada de Mercado (José Antonio Martínez González, op. cit., p. 118), que sería la de la Pescadería o el Cai, pues sabemos que era allí donde se celebraba el mercado.
El trazado más probable de la muralla, según David García Álvarez, en Análisis geográfico del crecimiento espacial de la villa de Pravia, sería por las actuales calles de San Antonio, Agustín Bravo, del Oruelo y Avenida Carmen Miranda.