Ecos de Pravia

Un sitio para divulgar curiosidades y noticias del pasado del concejo de Pravia.


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Caja de resistencia contra la muerte y accidentes del ganado vacuno de Somado

«Asturias», 26 de junio de 1921

Las sociedades de seguros mutuos de ganado vacuno eran muy comunes en los municipios agrarios, en el caso de Pravia, antes de la Guerra Civil, llegó a haber seis mutuas ganaderas, cuatro sindicatos agrarios (tres operativos) que también ofertaban seguros de ganado, y tres sociedades de arrendatarios de fincas rústicas, al menos una con seguro de ganado vacuno.
La de Somao no fue la primera, pero sí la más peculiar de entre todas las mutuas ganaderas del Concejo; ya que era la única que permitía la afiliación a aparceros de ganado vacuno, es decir, labradores que usufructuaban reses bajo un contrato de comuña, es decir, el labrador no es el propietario del animal, sino que se encarga de su cuidado y explotación compartiendo los beneficios con el dueño del ganado.

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Ley del descanso dominical

descanso-dominical-1La ley del descanso dominical, es decir, la que obligaba a un día de descanso a la semana, se aprobó el 3 de marzo de 1904 y, en general, generó mucha confusión sobre cómo debía de aplicarse. Su importancia radica en que, a partir de este momento, el ocio deja de ser algo exclusivo de las clases más pudientes, abriendo el camino a nuevas formas de entretenimiento de masas y a espectáculos y diversiones antes reservadas a unos pocos. Donde más tardó en calar esta ley, además de los sectores, como la minería, donde su cumplimiento dificultaba la producción de la empresa, fue entre el comercio y la hostelería. Los propietarios de los comercios lograron, justificándose en la costumbre de los mercados dominicales, convertirse en excepción a la ley. En el sector hostelero la batalla fue más dura, aunque los cafés pronto quedaron excluidos de su aplicación. La mayor preocupación la constituían las tabernas, centro de reunión de las clases trabajadoras y verdadero caballo de batalla para los sectores más conservadores de la sociedad. Así lo señala un editorial de El Carbayón, del 7 de septiembre de 1904:

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