Manuel Gimeno Azcárate, teniente fiscal de la Audiencia de Oviedo publica, en 1900, La criminalidad en Asturias: estadística (1883-1887), un trabajo para poner de manifiesto la naturaleza y extensión de la criminalidad en esta provincia, causas que la engendran y remedios que pueden oponerse. Añade que las costumbres han sufrido tal alteración, que la criminalidad crece amenazando destruir la poética tradición de su patriarcal existencia y atribuye el aumento de delitos a los efectos de la incipiente industrialización, que favoreció un aumento de la población tanto por el descenso de la emigración como por el número de obreros de otras regiones que venían a Asturias, al elevado consumo y a la libre tenencia de armas de fuego, puñales, etc.