Ecos de Pravia

Un sitio para divulgar curiosidades y noticias del pasado del concejo de Pravia.


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Benigno Arango Alonso: 1936 y final

Benigno Arango Alonso arreglada por Alberto más pequeña

Benigno Arango Alonso

¿Cómo, —abriendo al fin los ojos—, se enteró el Gobierno, de que Aranda había traicionado la confianza que en él se había depositado? ¿Acaso porque Mola o algún jefe de otras plazas sublevadas confesaran en público contar ya con la colaboración de Aranda? ¿Lo habían dado ya por hecho en algún parte de guerra o comentario particular de los militares? Nada se sabe sobre ello, pero es lo cierto, que el Gobierno, conociendo o sospechando, con algún fundamento, que Aranda iba a sublevarse, ordenó, en un segundo telegrama, dirigido esta vez al Gobernador Civil señor Liarte Lausín, que se detuviera a Aranda inmediatamente. Pero este telegrama, por uno de esos imponderables que, con frecuencia, rigen la vida de los hombres y de los pueblos, no llegó a su destino. De interceptarlo y entregárselo en mano al propio coronel, se encargó el Secretario del Gobierno Civil, Benigno Arango, el viejo abogado tan conocido en nuestra ciudad por sus chanchullos políticos y jurídicos, como por su marchosería. Benigno Arango, al que trataba mi familia con buena amistad, llamaba mi atención cuando yo era niña, por su capa española, recogida sobre un hombro garbosamente, por su sombrero de ala ancha, un poco inclinado sobre los ojos, y por su paso jacarandoso, como decía Aurorita Acedo, una distinguida dama de nuestra ciudad, amiga de mi madre, que vivió en nuestra casa durante algún tiempo, mientras Benigno Arango tramitaba su divorcio del Capitán de Carabineros don Silvestre Maya, ganándole un pleito injusto y casi imposible, ya que todos conocían las muy justas y honestas razones del capitán. ¿Quién podría adelantarnos por aquel tiempo, que el jacarandoso caballero de la coqueta Aurorita, estaba destinado a jugar en nuestra guerra un papel, en apariencia insignificante, pero, posiblemente, de tan grandes repercusiones? En su obra «La historia de confiesa», el historiador Ricardo de la Cierva, se lamenta de la poca atención que otros historiadores prestan al Frente Norte de la guerra civil española, siendo así que el Frente Norte, decidió, posiblemente, la victoria de los nacionales en otros frentes. Si, a su vez el sitio de Oviedo, ganó para los franquistas el Frente Norte, la traición de Benigno Arango hacia su jefe el Gobernador Civil, es una página histórica que bien pudo cambiar la marcha de nuestra guerra.

Dolores Medio, Atrapados en la ratonera: memorias de una novelista

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Benigno Arango Alonso: tiempos convulsos

En "Región", 24 de febrero de 1931

En «Región», 24 de febrero de 1931

Nuestro distinguido amigo don Benigno Arango nos remite una carta en la que dice que «para satisfacer la curiosidad encubierta de una impertinente alusión que una pluma anónima publicó en no se qué semanario», quiere hacer constar que debe a la Dictadura «primero, la pérdida de un cargo oficial; segundo, el alejamiento de la vida profesional durante tres años, por entender que con la suspensión del Jurado la labor criminalista, en determinados delitos, era absolutamente ineficaz; tercero, mi baja absoluta en el ejercicio de la abogacía en el mismo instante en que empezó a regir el código de Galo Ponte, texto ilegar que por mi honor juro que no llegué siquiera a leer; cuarto, registro y persecuciones policiacas, y quinto, la vida austera modesta en que actualmente me desenvuelvo.

Enfrente de este debe —añade— podría presentar un haber; pero no lo hago porque me consideraría deshonrado si esa finalidad hubiera informado mi conducta.»

Queda complacido nuestro amigo.

La Voz de Asturias, 23 de abril de 1931

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Benigno Arango Alonso: años de esplendor II

Benigno Arango, a la izquierda de la imagen, con Xaudaró, su hija y Constantino Suárez, "El Españolito". En "Región", 29 de julio de 1926.

Benigno Arango, a la izquierda de la imagen, con Xaudaró, su hija y Constantino Suárez, «El Españolito». En «Región», 29 de julio de 1926.

He aquí un fieltro, un rostro moreno, unos bigotes mosqueteriles… Es Benigno Arango, el popular abogado criminalista, autor de novelas y amigo entrañable. Viene a nosotros con el alma abierta de par en par. Y mientras almorzamos una mañana en el Hotel París, nos habla de sus cosas, de sus recuerdos, de sus proyectos. Benigno Arango es un meridional, un moro nacido en los riscos astures, por equivocación.

La Atalaya, 27 de septiembre de 1925

Yo sabía que en Asturias había siempre un Benigno Arango, dispuesto a recibir a cuantos llegan. En Madrid es usted popular por su asturianismo. Todas las provincias necesitan hombres así. ¡Cualquiera se marcha descontento!

Joaquín Xaudaró en Región, 29 de julio de 1926

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Retrato de Benigno Arango publicado en "La Voz de Asturias" de 3 de julio de 1925, durante el juicio por el asalto al Banco de España de Gijón.


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Benigno Arango Alonso: años de esplendor I

Retrato de Benigno Arango publicado en "La Voz de Asturias" de 3 de julio de 1925, durante el juicio por el asalto al Banco de España de Gijón.

Retrato de Benigno Arango publicado en «La Voz de Asturias» de 3 de julio de 1925, durante el juicio por el asalto al Banco de España de Gijón.

Su especialidad como abogado es la de criminalista. “Llevo defendidas —nos ha dicho en 1934— 743 causas. Solamente de homicidios y asesinatos intervine como defensor en 376 sumarios, con el siguiente resultado: 352 absoluciones y 24 condenas. Estoy incorporado también al Ilustre Colegio de Abogados de Madrid. Ante el Tribunal Supremo informó, entre otros casos de menor interés, para defender dos recursos de casación interpuestos contra Sentencias de la Audiencia de Oviedo, que había condenado como autores de delitos de homicidio a los procesados a la pena de catorce años de reclusión temporal. En uno de los casos el Supremo casó la sentencia, absolviendo totalmente al condenado, y en el otro, le rebajó a dos años y cuatro meses de prisión.”

Al suprimir la Dictadura del general Primo de Rivera el juicio oral por Jurados, Benigno Arango se encontró, como abogado, falto del elemento propio para sus actividades en el foro, y llegó poco menos que a abandonar la carrera. Pasó entonces a residir a Madrid, donde permaneció unos cinco años dedicado a diferentes ocupaciones, entre ellas la administración de un café y restaurante de su propiedad. Por esta época dedicó también algunas actividades de escritor al género novelesco, de lo que son muestra las dos novelas anotadas más abajo.

Al instaurarse la República volvió a establecerse en Oviedo como abogado, y en el desempeño de esta profesión continúa actualmente (1934).

Obras publicadas en volumen:

I—Amor y dolor. (Madrid, 1924; novela)

II—Rosa Maria. (Madrid, 1930; novela)

En Escritores y artistas asturianos, de Constantino Suárez Fernández, El Españolito

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Benigno Arango Alonso: primeros años y juventud

retrato en una revisa de Oviedo de 1920 todocoleccion

Benigno Alonso Arango en 1920.

Abogado y escritor contemporáneo. Nacido en Santianes (Pravia) el 24 de marzo de 1883, hijo de don Celestino de ese apellido, y de Carmen Alonso Díaz, labradores.

Cursó las primeras letras en la escuela del pueblo natal y perfeccionó esos estudios elementales en Pravia.

“La vocación —nos ha dicho él mismo— tuvo que subordinarse en los primeros momentos a las exigencias de la realidad. Soñaba con ser abogado, pero como carecía de los medios económicos necesarios, me resigno a hacer los estudios del Magisterio. En el año de 1902 terminó la carrera de maestro superior. Como, positivamente, carecía de vocación para ejercer la enseñanza, no intento siquiera el ingreso en el Magisterio.”

Por entonces se dedicó al periodismo como redactor del diario «El Carbayón», al que prestó servicios hasta que pasó a «La Opinión de Asturias», en 1906. En diciembre de este año fué nombrado oficial tercero del Gobierno civil de Oviedo. Este cargo no le impidió continuar las tareas periodísticas, sino que, poco después, las aumentaba con la corresponsalía en esa ciudad de «El Noroeste», de Gijón.

En Escritores y artistas asturianos, de Constantino Suárez Fernández, El Españolito

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