El 21 de febrero de 1887 la colegiata quedaba reducida de manera permanente a la categoría de iglesia parroquial estableciéndose la parroquia de San Andrés. La consecución de la nueva parroquia se debió a la buena voluntad de Sabino Moutas y a la buena predisposición y entendimiento con el ayuntamiento y el párroco.
En 1892, siendo párroco el imprescindible Eulogio Suárez Méndez, se presenta una solicitud al ayuntamiento con el fin de conseguir el cerramiento de un pequeño espacio de terreno contiguo a la casa del sacristán. El ayuntamiento, previas pesquisas de la comisión de policía urbana, aprobó por unanimidad la propuesta elevada por el párroco, consiguiendo así urbanizar un terreno que presentaba ciertos problemas de salubridad y, de paso, dotando al conjunto de una casa rectoral, cosa con la que hasta entonces no se contaba.