“Pravia: fotos históricas”, José Antonio Martínez González y Luis Francisco Solar García, n. 11, 2002
¡Qué cosas más raras! Habían empezado a construir en Garonda un edificio para Hospital. Llegó a verse casi mediada la edificación y ahora… —¿cuántos años transcurridos?—, ahora resulta que aquel solar no tiene servicio de entrada, según dicen los que se precian de «enterados». Para continuar la obra del Hospital —añaden— habría que comprar tal servicio y costaría un dineral. Sin embargo, últimamente se piensa, al parecer, en llevar al solar de Garonda la casa-cuartel de la Guardia Civil. ¿Con servicio o sin servicio? ¿O es que se pretende, acaso, con redomada intención soslayar eso del paso y adquirir un avión?
A mediados del siglo XIX, la gestión del hospital correspondía ya al Ayuntamiento, a través de la Junta de Beneficencia y de la de Sanidad. Las sucesivas epidemias de cólera de los años 1855, 1865, 1866 y 1885, precedidas de años de hambruna y coincidentes con otras de tifus, viruela y sarampión, provocaron verdaderos quebraderos de cabeza a la hora de encontrar un lugar que reuniera las condiciones necesarias para atender a los enfermos, dada la situación de ruina del hospital de San Antonio. Así se deduce del oficio enviado por José María Bances, alcalde de Pravia, al Gobernador civil, el 12 de noviembre de 1854, dando cuenta de la inspección llevada a cabo con miembros de la Junta de Sanidad a la cárcel de la villa y otros puntos buscando un lugar para ubicar un hospital en caso de epidemia: Es una verdad, ¡tristísima verdad! que ni en esta villa ni en sus alrededores no hay absolutamente local ni publico ni privado que pueda destinarse para Hospital, si fueremos invadidos de una epidemia mas que el indicado por la Comisión [un hospital provisional], y que a no conseguirse este nos hallaremos imposibilitados de prestar a los pacientes el pronto auxilio que requieran sus necesidades e igualmente de atajar los progresos de la enfermedad. . Finalmente, el gobierno de la provincia autorizó al Ayuntamiento a habilitar la Casa llamada del Valle, perteneciente al Santuario de Nuestra Señora, situada extramuros de esa Villa como hospital para enfermos de cólera. (Archivo Histórico Municipal, 368-22)
«Pravia: fotos históricas», José Antonio Martínez González y Luis Francisco Solar García, núm. 11, 2002.
Durante el antiguo régimen, proliferaron en Asturias, como en el resto de España, los establecimientos benéfico-asistenciales (hospitales, malaterías, leproserías, asilos, hospicios, alberguerías…) dedicados a la atención de personas necesitadas, viajeros en general y peregrinos en particular. La mayoría fueron fundaciones privadas, ya fueran de carácter regio, nobiliario, eclesiástico o concejil, y sus ingresos procedían de rentas propias complementadas con limosnas de los fieles.
En el caso de Pravia, el Catastro del Marqués de la Ensenada señala la existencia de dos ospitales baxo de la proteczion y jurisdizión de el Ordinario, uno con título de San Antonio Abad para ospedaxe de peregrinos y pasaxeros que se mantiene de su renta la que regulan asziende en cada un año a doszientos rs. de vellón. Otro de llamado de Riberas para hospedaxe también de pobres pasaxeros que regulan tiene de renta en cada un año veinte y siete ducados de vellón de que se mantiene [sic].
La primera noticia que tenemos del ensanche de la calle de San Antonio aparece en el decenario Pravia, el 20 de mayo de 1925, en un artículo titulado «Una conversación interesante»: Un amigo nuestro, que además de ser persona culta, reúne las bellas cualidades de ser un trabajador activo y un praviano de corazón, nos invitó el otro día a tomar las once en casa de Adelaida, donde se despachan las tan riquísimas rosquillas rellenas, que son especialidad de la casa, y como nosotros somos finos y atentos y nos gustan las llambiadas, aceptamos el obsequio, aparte del placer de saborear la hojaldre, por escuchar de labios de nuestro convecino, los proyectos, que desde hace tiempo acaricia. Sentados frente a frente dimos fin a una bandeja de rellenas y comienzo a nuestra conversación… Varios son los proyectos que tiene en cartera este praviano, tan amante de su pueblo. (…) Tercero: ensanche, dos metros, de la calle de San Antonio desde la plaza, retirando las casas que hoy ocupan la Banca de Andrés Álvarez Prada, el León de Oro, Hospital y Capilla de San Antonio, haciendo donde hoy es el Fielato, la Gran Plaza que a gritos está pidiendo aquella barriada. (…) Pravia necesita a todo trance estas reformas. El movimiento que hoy tiene la villa es inusitado; es excesivo, para como están hoy sus vías. Esa calle de San Antonio es un continuo peligro para el viandante. Dos coches, pasan malamente. No tenemos más que una acera; y frente a la Capilla, está el desnivel que tiene el pavimento que es milagroso que no haya más desgracias.