La población femenina en Pravia era muy abundante, más de la mitad de la población eran mujeres, debido, sin duda, al fuerte impacto de la emigración en el concejo. A pesar de ello, son las grandes olvidadas de la historia, aunque trabajaban mucho y muy duro. La primera profesión de Pravia, según los padrones, era «labores de su sexo», término que oculta muchos otros trabajos, los domésticos por supuesto, pero también agrícolas y ganaderos.