Vista de Forcinas, con el conjunto construido por Manuel Garcia de la Noceda. Fondo LOTY, ca. 1930.
Sabía por un amigo que había en América muchos españoles adinerados, de origen humilde; mas como nunca le dijera que ascendía (…) a millones la cifra de infortunados, cada día encontraba más asequible llegar a ser poderoso… Tal vez llegues a ser rico, poderoso; ¡pero esto solo lo alcanza uno por cada diez mil que de su tierra salen!… pero me escuchaba un niño; sí uno de esos niños que solo parecen hombres, porque van solos de un continente a otro.
(Emigrantes!, Constantino Suárez, el “Españolito”, 1915)
“Pravia: fotos históricas”, José Antonio Martínez González y Luis Francisco Solar García, n. 11, 2002
¡Qué cosas más raras! Habían empezado a construir en Garonda un edificio para Hospital. Llegó a verse casi mediada la edificación y ahora… —¿cuántos años transcurridos?—, ahora resulta que aquel solar no tiene servicio de entrada, según dicen los que se precian de «enterados». Para continuar la obra del Hospital —añaden— habría que comprar tal servicio y costaría un dineral. Sin embargo, últimamente se piensa, al parecer, en llevar al solar de Garonda la casa-cuartel de la Guardia Civil. ¿Con servicio o sin servicio? ¿O es que se pretende, acaso, con redomada intención soslayar eso del paso y adquirir un avión?
La primera noticia que tenemos del ensanche de la calle de San Antonio aparece en el decenario Pravia, el 20 de mayo de 1925, en un artículo titulado «Una conversación interesante»: Un amigo nuestro, que además de ser persona culta, reúne las bellas cualidades de ser un trabajador activo y un praviano de corazón, nos invitó el otro día a tomar las once en casa de Adelaida, donde se despachan las tan riquísimas rosquillas rellenas, que son especialidad de la casa, y como nosotros somos finos y atentos y nos gustan las llambiadas, aceptamos el obsequio, aparte del placer de saborear la hojaldre, por escuchar de labios de nuestro convecino, los proyectos, que desde hace tiempo acaricia. Sentados frente a frente dimos fin a una bandeja de rellenas y comienzo a nuestra conversación… Varios son los proyectos que tiene en cartera este praviano, tan amante de su pueblo. (…) Tercero: ensanche, dos metros, de la calle de San Antonio desde la plaza, retirando las casas que hoy ocupan la Banca de Andrés Álvarez Prada, el León de Oro, Hospital y Capilla de San Antonio, haciendo donde hoy es el Fielato, la Gran Plaza que a gritos está pidiendo aquella barriada. (…) Pravia necesita a todo trance estas reformas. El movimiento que hoy tiene la villa es inusitado; es excesivo, para como están hoy sus vías. Esa calle de San Antonio es un continuo peligro para el viandante. Dos coches, pasan malamente. No tenemos más que una acera; y frente a la Capilla, está el desnivel que tiene el pavimento que es milagroso que no haya más desgracias.
Las primeras noticias que tenemos de la intención de prolongar la villa hacia la carretera de Cornellana datan de 1916, aunque no será hasta la década de los treinta, como os comentamos el otro día, cuando se haga realidad el proyecto, al mismo tiempo que se abordó el necesario ensanche de la calle San Antonio. En el expediente (394/4) que conservamos en el Archivo Histórico Municipal se argumenta de la siguiente manera: «La situación de la villa de Pravia, sobre las estribaciones de la sierra del Cueto, causa de su accidentada topografía, opone algunas dificultades a su natural desenvolvimiento urbano, pues encuentra cercada su expansión por la barrera de obstáculos que forman las grandes fincas que la rodean, la montaña que la limita al oeste, la vía férrea del Vasco y el río Nalón, cuyos peligros hacen costosa la urbanización de la parte baja de la villa.
«La evolución de Pravia en el siglo XX, fundamentalmente en la segunda mitad, quedó caracterizada por someterse a un planteamiento teórico de futuro crecimiento que satisfizo las necesidades que los procesos económicos y sociales posteriormente requirieron. (…) a partir de los años veinte se fue configurando lo esencial de la trama viaria que desde los años cincuenta soportó el nuevo impulso urbano. Éste, protagonizado por un conjunto de promociones inmobiliarias de carácter público o subvencionado, aumentó el peso demográfico de la villa de forma significativa.
Dentro de los diferentes proyectos de apertura de vías, el más significativo es el de la avenida Carmen Miranda (1930-1932), que marca el eje principal en torno al que se organiza todo el crecimiento posterior. (…) Con la creación de la avenida,el futuro callejero de la villa se hacía bastante evidente; pasaba por la conexión al cementerio aprovechando el antiguo camino (1943-1948) así como por la conexión al futuro hospital (a partir de 1939), dando lugar respectivamente a las calles Martínez de Tena y Santiago López. (…) Consecuencia de esa idea estructuralista del mundo urbano cabe citar también el ensanche a partir de 1931 de la calle San Antonio. Se trata de una operación de reforma interior que intentó adecuar la calle a las necesidades del momento una vez se hubo convertido en la principal vía de penetración a la villa, de paso obligado para todo vehículo y persona procedente de Avilés, Grado, Cornellana, San Esteban, etc. en este sentido, este proyecto fue paralelo al de creación de la avenida Carmen Miranda, convertida en continuación natural de la calle San Antonio como principal vía de circulación y de claro papel organizador en el conjunto urbano. De esta manera, con la conexión entre la nueva calle San Antonio ensanchada y la nueva avenida se generó la espina dorsal de Pravia. A consecuencia de tal carácter, asumió el nueve eje una clara función comercial.» (David García Álvarez en Análisis geográfico del crecimiento espacial de la villa de Pravia.)