La famosa «máquina», como se decía entonces, que hoy podemos ver en el parque «Heno de Pravia», era un artilugio inventado por el francés Martin Duhart en 1865. Desde esa fecha, proliferaron en los ríos asturianos y el Nalón y el Narcea no fueron excepción. Su eficacia en la extracción de salmones hizo que fueran perseguidas por las autoridades, pues esquilmaban los ríos. Pese a las continuas intervenciones de la Guardia Civil, los ribereños no dejaban de instalarlas como prueban las abundantes noticias en la prensa.