El cura párroco de Riberas, Pedro Fernández Arango, nos deja testimonio, en respuesta fechada el 8 de diciembre de 1791, al interrogatorio del entonces Juez Noble del concejo de Pravia, José de Salas Navia y Arango, preocupado por la observanza de la ley santa de Dios, veneración y respeto de sus templos y reforma en la relajación de costumbres de nuestros súbditos, de algunos aspectos de la vida cotidiana de los pravianos de finales del siglo XVIII.