Ecos de Pravia

Un sitio para divulgar curiosidades y noticias del pasado del concejo de Pravia.


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Antes que América, fue Madrid

El norte de la península ibérica ha sido foco habitual de grandes éxodos de población. Al menos desde el siglo XVI era común la figura del campesino despidiéndose de su hogar y familia para encaminarse hacia territorios lejanos. En Asturias serán los habitantes de las comarcas interiores los más propensos a abandonar su tierra, muy en particular los residentes en los pueblos más occidentales. Varias son las causas que explican tal marcha. Sobre el campesinado asturiano pesaron circunstancias tales como la no propiedad de las tierras que trabajaban, para cuya explotación tenían que pagar además rentas excesivas; la pobreza del suelo, combatida con técnicas agrícolas arcaicas; la hostilidad de la topografía, con limitados terrenos para el cultivo y abundancia de tierras altas, pastos de montaña y posiciones geográficas que condenaban al aislamiento; y un débil movimiento industrial, con graves carencias en materias alimentarias básicas. Cabe encuadrar también dentro de dichas causas la alta densidad de población y, en otro plano, el carácter emprendedor de un pueblo que apenas consideraba la marcha como un camino lleno de obstáculos y sinsabores; actitud comprensible si pensamos en las pésimas condiciones que dejaban atrás, como maratonianas jornadas de trabajo, hacinamiento en hogares infrahumanos, cuadras y estercoleros próximos origen de toda clase de infecciones y una desoladora situación económica. La esterilidad del suelo, en combinación con las excesivas lluvias, favorecía los años de continuas malas cosechas. Entre tanta penuria, y en medio de aquellas grandes montañas, los campesinos asturianos se sentían abandonados a su suerte. 

Asturianos en Madrid: los oficios de las clases populares, siglos XVI-XX, Juan Jiménez Mancha, Gijón, Museo del Pueblo de Asturias, 2007, p.11.

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Más sobre el puente de Peñaullán

En el siglo XVIII, el poder municipal se había visto poco a poco eclipsado por la influencia de la corona y la nobleza local, quedando convertido en mero apéndice de la administración central. Una muestra de esta situación es el texto que hoy os mostramos. En él se recogen las quejas del Ayuntamiento de Pravia en relación a la gestión de la construcción del puente de Peñaullán, que como sabemos no llegó a buen término. Se trata de un borrador, sin firma ni fecha, aunque casi con toda seguridad de 1801, depositado en el Archivo de la Casa Nueva del Campo de Pravia, en el que se pone de manifiesto el desacuerdo del Ayuntamiento en la elección del arquitecto, en detrimento del que habían escogido ellos, y, especialmente, en la gestión económica de los fondos municipales, acusando al Regente del Principado de favoritismo. Reinaba entonces Carlos IV, era Regente Andrés Lasauca y Collantes y el texto dice así:

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